En Zaragoza, si observas las promociones de obra nueva —sobre todo en barrios/zonas de nueva creación como Parque Venecia, Valdespartera o Arcosur— verás un cambio evidente respecto a décadas anteriores: la mayoría de los edificios nuevos ya no tienen locales comerciales en la planta baja.
¿A qué puede deberse? ¿Menos complicaciones?
¿Por qué las promotoras evitan ofrecer locales comerciales?
1. Dificultad para vender o alquilar locales. Hoy en día, muchos locales en bajos de edificios quedan vacíos durante años. El pequeño comercio tiende a desaparecer y los negocios, con más necesidades de retorno económico a corto plazo que antes, prefieren ubicaciones con más tránsito de personas, zonas céntricas y, sobre todo, centros comerciales. Incluir locales que luego no se ocupan en el corto plazo pueden suponer un riesgo económico en el que no quieren incurrir.
2. Minimización de las relaciones con las nuevas comunidades de vecinos. Un local puede convertirse en un bar, una lavandería 24h o un local de otro tipo con salida de humos. Esto significa posibles molestias, conflictos y quejas. Las promotoras prefieren desvincularse cuanto antes de las promociones y simplificar la relación con los compradores y habitantes de la comunidad.
3. Menor coste de construcción y mantenimiento. Incluir locales implica accesos separados, instalaciones adicionales, normativa técnica más exigente… Es más caro y más complejo. En cambio, dedicar la planta baja a trasteros, viviendas accesibles o zonas comunes abarata la obra y permite obtener mayor rentabilidad.
4. Tendencia urbanística actual: zonas monofuncionales. Muchas nuevas urbanizaciones se están diseñando como zonas residenciales «puras», dejando los espacios comerciales en avenidas o zonas específicas. Las promotoras simplemente se adaptan al modelo.
¿Qué consecuencias tiene esto para los vecinos?
Lo positivo:
Más tranquilidad, menos ruidos y olores y menos contaminación.
Menos problemas legales o de convivencia, conflictos.
Mayor confort visual, estético y mayor criterio en el uso del edificio.
Lo negativo:
Menos servicios de proximidad: hay que usar medios de transporte para casi todo.
Menos conciencia local y menos convivencia, calles más vacías y menos actividad social.
Según como se configuren los barrios nuevos, a más servicios más revalorización en el precio de las viviendas y/ o dinamización de la zona.
Las promotoras en Zaragoza están optando por no incluir locales comerciales en sus nuevos edificios. Lo hacen para reducir riesgos, simplificar la gestión vecinal y adaptarse a un mercado donde el comercio tradicional está en retroceso. Pero esto también cambia el modo en que vivimos nuestras ciudades: más comodidad dentro del edificio, pero menos vida en la calle, ¿Dónde está el equilibrio?.