La morosidad en las comunidades de vecinos: cómo afecta y cómo actuar

La morosidad en las comunidades de propietarios, donde un vecino deja de pagar, es un problema que afecta a todos. Incumple una obligación legal y pone en riesgo la estabilidad económica de la comunidad. Por eso, es crucial saber cómo actuar ante vecinos morosos para mantener el equilibrio y evitar conflictos mayores.

¿Qué es la morosidad?

Es la situación en la que uno o más propietarios no pagan las cuotas o derramas acordadas para cubrir los gastos comunes del edificio. Estas deudas afectan directamente al resto de vecinos.

¿Cómo afecta a la comunidad de vecinos?

Una de las consecuencias que puede conllevar la morosidad es que para conseguir cubrir los gastos comunes, la comunidad se vea obligada a aumentar las cuotas a los vecinos que sí cumplen con sus obligaciones, lo que genera malestar y tensiones.

Implica también dificultad para el mantenimiento del inmueble. La falta de fondos puede impedir la realización de obras de mantenimiento necesarias como la reparación de ascensores, limpieza de portales, etc. deteriorando así la calidad de vida en la comunidad.

¿Qué medidas puede tomar la comunidad de propietarios?

En Zaragoza las comunidades de propietarios tienen a su disposición varias medidas legales para reclamar deudas a los vecinos morosos.

1. Según la Ley de Propiedad Horizontal el vecino que no paga las cuotas pierde el derecho a votar en las juntas mientras dure la deuda. Sí que se le permite asistir a las juntas y dar su opinión, pero no podrá votar en las decisiones que se tomen.

2. Privatización de servicios comunes. La ley permite que las comunidades de vecinos puedan incluir cláusulas en sus estatutos que restrinjan el uso de instalaciones recreativas (espacios diseñados para actividades de ocio) como piscinas o gimnasios a vecinos morosos, pero no puede afectar a servicios esenciales para la habitabilidad como el agua o la calefacción.

3. Acuerdo extrajudicial. Es un intento de resolver deudas pendientes fuera de los tribunales que consiste en negociar con el acreedor para llegar a un nuevo acuerdo que se ajuste a la capacidad de pago del deudor.

4. Uso del procedimiento monitorio, una herramienta legal ágil que las comunidades de propietarios pueden utilizar para reclamar deudas por cuotas impagadas a vecinos morosos. Si el vecino no responde, la comunidad puede ir a juicio para recuperar el dinero. Si gana el juicio, puede pedir al juez que embargue los bienes del vecino moroso para cobrar lo que debe.

¿Qué papel tiene el administrador de fincas?

El administrador de fincas juega un papel crucial en la gestión de la morosidad en las comunidades de propietarios. El administrador se encarga de contabilizar deudas con precisión y notificar al deudor. Es decir, es el encargado de comunicar de manera formal y documentada la existencia de la deuda al propietario moroso, indicando el importe adeudado. (ver entrada sobre el papel del administrador de fincas)

También facilita la conciliación extrajudicial. En otras palabras, intenta mediar entre la comunidad y el propietario moroso para llegar a un acuerdo amistoso que evite la vía judicial.

Se encarga de preparar y emitir los certificados de deuda que tienen validez legal y son necesarios para iniciar un proceso monitorio.

En conclusión, la morosidad en las comunidades de vecinos no solo representa una carga económica, sino también un foco potencial de conflicto que afecta la convivencia y la calidad de vida de todos los propietarios. Actuar con rapidez y conocimiento, apoyándose en los mecanismos legales disponibles y en la labor del administrador de fincas, es clave para proteger el equilibrio financiero de la comunidad. Prevenir, gestionar y resolver estos impagos con firmeza pero también con diálogo puede marcar la diferencia entre una comunidad saludable y otra en crisis.

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